jueves, 10 de septiembre de 2009

***El destino de Shin Dong-Ah***

Era una vez una amorosa y feliz pareja, que habían llegado a nuestro barrio en Incheon; estaban completamente enamorados, lo cual era digno de ver en esta época y a su vez era un caso poco visto en la sociedad, ya que la mayoría de los matrimonios eran por convenio y no por amor.
No obstante esta pareja no gozaba de las virtudes que muchas otras poseían, a lo que me refiero, es que eran muy pobres; pero aun sabiendo que no podrían consentir los deseos de un niño, se aventuraron a dar a luz a un bebé.

Por objeto del destino, el bebé nació feo y gordo, algo tampoco muy común en la sociedad, ya que la mayoría arrojaban acotaciones como que “todo bebé es bello sin importar lo rechoncho que fueran”, pero Shin Dong-Ah era otro caso.

A medida que el niño crecía, sus rasgos se acentuaban más, por lo que muchos se percataban de la horrible cara que llevaba el pobre niño gordo. Familiares de esta pareja, veían con pena y lastima a Shin Dong-Ah, quienes decían que había nacido con la mala suerte; a su vez los hijos de los familiares, vecinos y cercanos aprendían de sus padres y a menudo soltaban barbaridades y ofendían al hijo de esta amorosa pareja.
Los padres sin alguna excusa o explicación sólo podrían lamentarse por lo poco disimulados que podrían ser sus hijos, al decir verdad tampoco es que podrían mentirse a ellos mismos diciendo palabras como “la belleza esta en el interior” o “de seguro cambiara cuando crezca”, ya que en el fondo se sentían orgullosos de que sus hijos que provenían de un matrimonio por convenio eran más hermosos y dichosos que aquel hijo que provino de una pareja que enfrento todo por unirse, bajo el pretexto de “Nos enamoramos”
Esto era lo que pensaba la sociedad, y aquellos que tengan sentido de la razón encontraran ilógico sus pensamientos, tanto como lo encuentro yo.

Al fin y al cabo, el niño crecía cada día, sin embargo ignoraba toda clase de comentario ofensivo acerca de su aspecto o clase de vida en que se encontraba; para Shin Dong-Ah cada día que le permitía seguir viviendo y era la dicha más grande para él.
Al poco tiempo, su padre comenzó a ausentarse seguidamente de casa, debido a que la madre le exigía una educación para su hijo, por ello el padre se lanzó a la calle a ganarse la vida y el pan, como quien dice. Mientras, la madre se quedaba en casa cuidando de Shin Dong-Ah; los vecinos murmuraban que la joven madre no comía debido a su hijo hambriento, del mismo modo los vecinos exclamaban a su vez “que generosa madre y como había sido castigada con un hijo tan feo y degenerado”; pero a palabras necias, oídos sordos; ya que ¿Qué madre no ama a su hijo, dándoles siempre lo mejor? Y si no lo hace, no se le podría considerar una verdadera madre.

Finalmente un día, el padre no volvía más que los fines de semana, la calle era muy ruda para él, su trabajo era constante y difícil, sumándole a las pocas posibilidades que tenia la clase baja para ser aceptada por la sociedad. Pero esto no era lo único, la madre enfermó y al cabo de un tiempo falleció.
Padre e hijo fueron abandonados en la tristeza y el dolor, muchos vecinos se acercaron a dar sus mejores condolencias pero todos sabían que sólo venían a escuchar algún chisme candente que podría ser usado en discusiones con el vecino al día siguiente.

El padre observó a su hijo y se sintió igual que la sociedad, avergonzado y apenado al ver una criatura con tan mala suerte, no sólo feo, también gordo y pobre; no quería creer que ese era su hijo.

Cuando Shin Dong-Ah cumplió los ocho años, el padre no tuvo otra solución o mejor dicho no se le ocurrió nada mejor que abandonar a su hijo; llegó a esta solución después de concluir, que si quería emerger como un gran empresario no podría ser visto como un padre viudo y además cargando a un niño tan feo, ninguna mujer querría casarse con él. Asi que, en orden de poder avanzar y ser reconocido como un alto dirigente, tendría que abandonar a su hijo y mentir diciendo que sólo había quedado viudo.

¿Qué le depararía a este pobre nicho con 8 años en la calle? Los vecinos comentaban que alguien lo adopto pero esta idea era descartada después de un comentario diciendo “¿Quién adoptaría a un niño tan feo?”, otros explicaban que de seguro murió, o quizás era usado en laboratorios con fines de exploración… muchos comentarios fueron dados acerca de la vida de este niño, no obstante nadie sabia hasta que punto eran verdaderos o si eran sólo simples ideas y comentarios que personas sin nada que hacer argumentaban.
La verdad es que tras ser abandonado, Shin Dong-Ah no se quedo de brazos cruzados, al principio merodeó por la ciudad, comía lo que encontraba en el piso y dormía en callejones o sobre la acera.
Poco a poco descubrió la mirada fría que los demás le espetaban y tras un análisis descubrió las razones. El mundo poco a poco comenzó a cobrar sentido, recordó la mirada de los hijos de sus familiares y vecinos, e igual sus comentarios; lo que antes ignoraba comenzó a tener sentido y lo reflejaba cada vez que observaba su rostro en alguna vitrina o charcos de agua.

Su mejor día fue cuando sus pies lo llevaron a un puerto, seguramente atraído bajo el hedor de los pescados; ese día conoció un viejo pescador que al parecer era ciego, durante varios días lo siguió: observando y detallando su rutina de trabajo; luego Shin Dong-Ah comenzó a imitarlo.
Hasta que un día el viejo pesquero sintió su presencia, Shin Dong-Ah preocupado por su físico y la falta de aceptación se puso nervioso, sin embargo, su suerte había cambiado fue aceptado por el viejo, quien le enseñó como pescar y vender los pescados en un mercado chino cerca del puerto. De todas maneras el viejo no tenia mucho que perder, la edad asechaba sus días, estaba ciego y solo, necesitaba un compañero que se encargara de él, cuando no pudiera más.

En cuanto a Shin Dong-Ah, recupero los ánimos y pensaba que esa debía ser la felicidad, su vida era mejor, claro que no contaba con los lujos que todos soñaban; pero, el simple hecho de tener un propósito y de encontrar una cálida sonrisa que lo guiara, era suficiente para él. Asi pues, aprendió a pescar, a regatear en el mercado chino, aprendió sobre distintos peces y también sobre los negocios; aun mejor, debido a que siempre se encontraba activo, ya sea corriendo todas las mañanas para vender los pescados que atrapaba al mejor precio o ya sea haciendo las diligencias que le pedía el viejo pesquero e incluso huyendo de los asesinos y ladrones que a veces deambulaban en el puerto; el punto es que perdió peso y de hecho, se encontraba en muy buena forma. Ser etiquetado como gordo, ya no era posible en Shin Dong-Ah.

A los 17 años, fue cuando reencontró a su padre en las páginas del periódico local, sorprendido de su memoria y de lo exitoso que se había vuelto su padre; quien al parecer era director de una compañía bien pagada y popular en toda Corea del Sur
Shin Dong-Ah desde este día comenzó a indagar sobre el mundo de los negocios, su padre y su compañía; cada vez que podía preguntaba en los mercados donde vendía el pescado, quienes amistosamente ayudaban al joven a recolectar información; cada vez que preguntaba siempre comentaban “¿Por qué tan interesado en ese pobre diablo?”, a lo que Shin Dong-Ah respondía que era sólo curiosidad quizás, o que posiblemente algún día crearía una compañía mejor que la de él, de esa manera estallaban de risa y bajo el chiste, le contaban todo lo que supieran al respecto.


De esta forma, Shin Dong-Ah trabajó y seguía de cerca las noticias acerca de su padre, hasta que nuevamente el destino le trajo otro día de sorpresas. Se había rumoreado que, tras la muerte de la primera esposa de su padre (es decir la madre de Shin Dong-Ah), su padre había caído en varios matrimonios como al mismo tiempo en varios divorcios, no obstante parecía que al fin había encontrado a la mujer ideal, anunciaba una señora que vendía langostas en el mercado chino. Su padre tenía un hijo con esta nueva esposa, “su primer hijo” anuncio la señora; sin embargo esta no era la única noticia que se asomaba en el día por la tarde; la compañía estaba construyendo un edificio en la ciudad de Seúl, por lo que necesitaban obreros que ayudaran en la construcción.

Pues fue asi, con 20 años que Shin Dong-Ah se despidió cálidamente del viejo pesquero, agradeciéndole y asegurándole que lo visitaría siempre cuando pudiese; al mismo tiempo le dejó preparado grandes cajas de pescados que podría vender sin tener que preocuparse por tener que pescar. Además le pidió a la señora que cuidara del viejo pesquero y como la señora era muy amable aceptó, despidiéndose del joven y deseándole lo mejor.

Una vez en Seúl, no tomo mucho tiempo para que fuera contratado, ya que como dijeron “su cuerpo mostraba la dura vida que había enfrentado y lo fuerte que era”, pues a decir verdad este joven no era el mismo que cuando era bebé, su cuerpo estaba tonificado con músculos bien trabajados, del mismo modo ya no era el niño feo, los rasgos de su cara también habían cambiado; por lo que sin dudar se había convertido en un buen partido para cualquier mujer, incluso él mismo se sorprendía cuando las mujeres volteaban al verlo pasar. Definitivamente ya no era el niño gordo y feo.

Su vida cambio totalmente, al tiempo logró ganar lo suficiente como para estudiar en cursos sobre los negocios, mercado y la publicidad; de hecho la sociedad comenzó a reconocerlo por su gran inteligencia y audacia. A los 22 años, uno de sus mejores amigos del curso le ofreció empleo como secretario en la compañía de su padre, lo cual no duró mucho ya que lo ascendieron al instante. En un parpadeo de ojos, este niño que nadie se dignaba a verlo y que sólo traía lastima, se había convertido en uno de los empresarios más joven y destacado de la ciudad, era reconocido entre la sociedad, además había logrado uno de los altos cargos como director del sector de Marketing en la empresa de su padre, conjuntamente logró comprarse una casa que ofrecía varios lujos que Shin Dong-Ah nunca hubiera soñado, igualmente sufrió la pérdida del viejo pesquero, quien se había comportado como un padre para él, asi que dedicó un funeral acreditado para una persona tan honorable; y finalmente, por más sorpresa, la vida le había arrojado millones de mujeres que pedían la mano de él, ya fuera por su atractivo o por su dinero, sin embargo permanecía soltero.

La vida no podría asentarle mejor, aunque cuando le preguntaban por su pasado, Shin Dong-Ah respondía con que siempre había recibido lo mejor y que nunca ha dejado de ser feliz; muchos respondían con carcajadas y otros con miradas de envidia.
De seguramente se estarán preguntando sobre su padre, pues, obviamente al trabajar en la compañía se habían dirigido la palabra unas cuantas veces, su padre lo elogiaba como nunca antes lo había hecho y eso que ni tenia idea de que se encontraba con su propio hijo, incluso le ofreció la mano de su hija pero Shin Dong-Ah se negó.

Como todo personaje celebre y popular, Shin Dong-Ah contaba de admiradores (entre ellos muchas mujeres) y enemigos. Un día, su pasado fue investigado, contactaron con sus familiares y vecinos, que por supuesto no podían perderse la oportunidad de darle lengua suelta al asunto; fue así como se enteraron de que el presidente de la compañía era el padre de Shin Dong-Ah. Esto fue un gran escándalo, no tanto para él si no para su padre; muchos decían que había venido para vengarse de haberlo abandonado, otros decían que esa era la manera en que consiguió un puesto tan prestigiado. Al final, en una conferencia Shin Dong-Ah argumentó la verdad de los hechos, que fue aprobado por la sociedad, aunque su padre no tuvo la misma suerte, no paso mucho tiempo, para que le quitaran el cargo, que fue ofrecido al hijo, quien no acepto.
Shin Dong-Ah quiso mantener relaciones con su padre, pero este por la avergüenza no se atrevía a dirigirle la palabra, asi que con el tiempo se perdió en algún lado de Corea del Sur.

Luego de dos años, Shin Dong-Ah comprendió que los objetos, la profesión y el dinero no podrían traerle la misma felicidad de cuando era joven y despertaba para hablar con la señora del mercado, a saludar a todos y a pescar en compañía con el viejo, igualmente recordó la alegría mientras se encontraba estudiando. ¿Sera que eso era todo? ¿Ya no tenia ninguna meta u objetivo que cumplir? Su vida se había vuelto monótona y rutinaria, tentado bajo el deseo del amor; no obstante no estaba interesado en las mujeres que lo buscaban, en su opinión, todas eran plásticas, deseó volver a ser feo y gordo.

A los 26 años, Shin Dong-Ah meditaba nuevamente el asunto mientras conducía, perdido en el espacio y el tiempo, atropelló a una muchacha, quien era cinco años menor que él. Shin Dong-Ah angustiado, rápidamente llamó al hospital y se ocupo de todos los gastos sobre el accidente, al mismo tiempo descubrió que la joven no le quedaba mucho tiempo, padecía de cáncer.

Shin Dong-Ah como en otros tiempos, se sorprende de las casualidades de la vida, ¿sería que era un intento de suicidio? La idea no se podría descartar, era una muchacha joven, muy bonita de hecho, pero extremadamente delgada; sin embargo había algo en ella que activaba la curiosidad Shin Dong-Ah

Con el tiempo, Shin Dong-Ah y esa muchacha entablaron conversación, a lo que surgió una linda amistad. Salieron en varias oportunidades, la gente rumoreaba que la muchacha era una indigente que venia tras el dinero del joven. Luego de un tiempo, Shin Dong-Ah descubrió las razones de estos rumores, la muchacha era una princesa cuando era pequeña, es decir, era hija de padres de alta sociedad, después de la muerte de su madre y padre en un accidente de trafico, la joven quedo sin paradero, ni un lugar a donde ir, además que las deudas de sus padres cayeron en manos de la inocente muchacha, por lo que fue perseguida por compañías y sociedades anónimas, algunos la maltrataban, otros nublados por su belleza la violaban. Según un reporte, la muchacha había intentado suicidarse varias veces, pero nunca tuvo éxito. Tras enterarse de la vida de esta muchacha, Shin Dong-Ah se sorprendió de las similitudes y de los diferentes resultados surgidos, compadecido por el reflejo de sus experiencias. Shin Dong-Ah dedicó su vida a cuidarla, la alimento constantemente, lo cual brotó resultados curiosos y graciosos; ya que la muchacha ya no era la huesuda que había atropellado, ahora era rellena; al mismo tiempo Shin Dong-Ah se ofreció a pagar las deudas, pero la muchacha no acepto, asi que le ofreció un trabajo que con el tiempo gano dinero suficiente como para pagar sus deudas.

La vida de Shin Dong-Ah, había vuelto a ser feliz, ya no se encontraba solo, cada día se perdía bajo los encantos de esta muchacha, enamorándose de ella cada día que compartían. Cuando todo giraba perfectamente y alegremente como él deseaba, la muchacha enfermó; el cáncer había aumentado, así que Shin Dong-Ah tomo riesgos, convenció a la muchacha a someterse a una operación; ambos aceptaron los riegos y encaminaron todo en manos del destino.
Felizmente, la operación salió perfecta… ya no había nada que detuviera a estos dos enamorados a formar una familia, a unirse, estar juntos, casarse (o como le quieran decir) A diferencia de muchos matrimonios, se casaron bajo el pretexto de “estamos enamorados”, a pesar de todo el camino que tuvieron que pasar cada uno, hasta llegar a este feliz final, no tan feliz… una vez casados descubrieron que la muchacha no podía conceder hijos, sin embargo, esto no podía derrumbar su alegría, ya que siempre existían otras opciones.

“Antes felizmente me despertaba para ver a mi madre alimentarme, creía que la felicidad que sentía era otra clase de felicidad, ya que siempre tenia entendido que la felicidad se encontraba en las grandes cosas; por lo que pensé posiblemente ese loco pero seguí viviendo bajo esa felicidad. Luego, caí en cuenta de las razones de la vida y del significado de la sociedad, creí que no encontraría la felicidad nunca, hasta nuevamente encontrar la felicidad con sólo pensar en un propósito, el deseo de trabajar, de ayudar, de ofrecer los pescados mas deliciosos al mercado chino y para no olvidar, el deseo de volver a encontrarme con mi padre y recibir los elogios que antes no me podría decir, que mi padre me mirara orgullosamente a mi cara. Nuevamente, caí en la tristeza de que la felicidad que la sociedad presumía que era la verdadera felicidad, realmente no lo era… Luego, como si el destino leyera mi mente me trajo a esta muchacha a pesar de las dificultades, me siento satisfecho con sólo despertar, verla y alimentarla. Al final comprendí que la felicidad no se encuentra en las grandes cosas de la vida, si no en los pequeños momentos de la vida” --- Shin Dong-Ah.


-Vwei19
~~~~~~ [Verok-chan]~~~

3 comentarios:

  1. hmmmm es interesant y profunda o.o me gusto y mucho o.o tiene hmm drama(?) xD weno xD me gusto xD
    L·Storm

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  2. Bueno coño... al comienzo te juro que veia el texto muy fastidioso.. pero mientras mas me adentraba en el, cada ves me gusto mas, realmente es una historia interesante lo que no me gusto de verdad fue el nombre del tipo xD.. pero bueno eso es lo de menos, si hubiersas detallado el nombre de las personas a las que conocio y te hubieras adentrado mas en la historia de los demas personajes (no todos) esto seria una novela completa!. Excelente trabajo :O te felicito XD

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  3. Linda historia. Q uè pasò con el papà del chico?

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