jueves, 11 de agosto de 2011

***Sin Titulo***

Primero que nada... empece una nueva novela, aún no tengo con seguridad todo aspecto sobre ella pero por ahí va ^^ y pues espero subir un capitulo cada semana o cada tres días....
Por ahora no tiene titulo... solo tiene titulo el primer episodio.

¡Oh no! ¿Ahora que hago?

Amy era una niña común y corriente, viviendo en un mundo normal, donde las rutinas eran siempre iguales diariamente y nadie se molestaba por cambiar ese aspecto de su vida.

Era adolescente como cualquier otra cursando 9no grado de secundaria, su cabello era negro como sus demás compañeras, era liso y largo. Su piel era blanca como la nieve, de ojos color azul profundos como el mar; era bastante alta para su edad y de contextura delgada.

Amy miraba distraídamente por la ventana de su salón, viendo las hojas de los arboles caer, preguntándose si algún día la tierra cambiaria y vería las hojas subir en vez de caer.

- ¡AMY! ¡AMY!- gritaba alguien.

En la cabeza de Amy, un mundo de fantasías se repetía como una película, hasta que escuchó un fuerte sonido que la trajo de vuelta a la realidad. La profesora miraba fijamente a Amy, sosteniendo el libro con el cual había golpeado la mesa.

- Se puede saber… ¿Qué tanto mira usted allá afuera? Por más que mire, las hojas seguirán cayendo y nada más que eso sucederá. Ahora, podría seguir la lectura por favor.- dijo la profesora

Los estudiantes se rieron un poco ante la actitud despistada de Amy, ya que era muy usual en ella. Amy, sonrió y continuó la lectura.

- No sé que hacer contigo, Amy.- dijo Rioko.

Rioko era una de las mejores amigas de Amy, su cabello era igual negro y liso, pero ella lo tenia corto hasta mitad de cuello. Sus ojos eran marrón oscuro, piel color blanca, contextura delgada y un poco más baja que Amy.

El rostro de Rioko representaba nobleza, era una de las amigas mas confiables de Amy; por lo que también era su compañera en cuanto a trabajos y aventuras; pero como en ese mundo no sucedía nada fuera de lo ordinario, eran muy poco las aventuras que podían vivir. De igual manera, Rioko siempre se preocupaba por Amy y seria la primera a quien pedir ayuda en casos de emergencia.

- Definitivamente estas peor que antes… ¡Hoe...! ¿Qué tanto ves por la ventana? – comentó Ayami.

Ayami era la única muestra de rebeldía en ese mundo normal, sus padres eran mitad americanos por lo cual la libertad era una de las razones de vida en ellos. Ayami tenía el cabello rubio teñido, usualmente siempre recibía citaciones a la dirección, pero nunca la convencían de pintarse el cabello de negro otra vez. Su piel era blanca, contextura delgada y de la misma altura que Rioko. Usualmente usa lentes de contactos, así que su verdadero color de ojos es un misterio; además siempre vestía su mono deportivo debajo de la falda, por ello la mayoría la llamaban “Gangster”. Otro dato de ella, es que siempre sabia sobre moda y tendencias recientes, igual de maquillaje y accesorios.

- ¿Creen que quizás Amy este poseída por alguna clase de fantasma u extraterrestre?- bromeó Soo Young.

¿Cómo era posible que una despistada, una rebelde y una tímida estuvieran todas juntas? Todo era gracias a Soo Young, de alguna manera esta chica coreana era la que nos organizaba y nos mantenía juntas.

Soo Young, era la mas inteligente de la clase, era admirada por los compañeros de clases y era muy hermosa. Usualmente siempre recibía declaraciones de amor en los recreos pero ella los rechazaba a todos, de hecho su secreto es que esta enamorada de Jun Ichikawa el estudiante número uno en la lista de alumnos más destacados. Aunque Soo Young, nunca ha podido ver la cara de su contrincante, igualmente siempre se las arregla para vencerla. Esto le causaba mucho cólera, sin embargo Soo Young sabía mantener la calma en frente de toda la clase.

Su cabello era negro largo ondulado, era alta, de contextura delgada, de color de piel blanca y ojos color negro.

En otra historia, Soo Young seria la perfecta protagonista del relato sin embargo he aquí una chica fantasiosa y despistada como Amy siendo la protagonista.

- ¿Protagonista huh? – se dijo para si misma Amy.

- ¿Eh?- se extrañaron todas.

- Ves… que no eres un ser normal en esta vida.- comentó Ayami.

- ¿Seguro te sientes bien?- preguntó Rioko.

- Vaya que ahora si perdiste la cordura.- bromeó Soo Young.

- ¿Qué? Estoy perfectamente bien ¿Ya es hora del almuerzo?- preguntó Amy.

- BABO! Hace 15 minutos ya es la hora del almuerzo.- respondió Soo Young.

- Hey ¿Cuántas veces te he dicho que nada de hablar en un idioma que no sabemos?- dijo Ayami.

- Ya les he dicho que significa estúpida un millón de veces.- replicó Soo Young.

- ¡Oh! Para colmo nos insultas en otro idioma…- dijo Ayami.

- ¡AH! ¡MI ALMUERZO! No lo encuentro ¿Habrá caído por la ventana?- preguntó Amy asomándose por la ventana.

- A ver… ¿Cómo es eso posible, si ni si quiera lo has sacado?.- se burló Ayami.

- Creo que lo dejaste en tu casillero en la entrada.- dijo Rioko.

- Tienes razón… ¡que haría yo sin ti Rioko! Gracias.- dijo Amy mientras salía corriendo del salón.

- Sinceramente en donde tiene la cabeza Amy.- dijo Soo Young.

Mientras Amy se dirigía a su casillero, sólo pensaba en lo despistada que era y que de alguna u otra forma tendría que solucionar ese defecto.

Amy al llegar a los casilleros, le pareció extraño que no hubiera nadie alrededor, pero observó que había un joven y una muchacha hablando en susurros. Amy no quería perturbar, así que dio la vuelta para llegar a su casillero del otro lado sin que nadie la viera.

Al abrir su casillero efectivamente su almuerzo estaba ahí; Amy lo tomó pero no podía evitar escuchar la conversación de los dos estudiantes.

Al parecer hablaban sobre una foto que el joven había divulgado entre todas sus amistades, la muchacha preguntaba el motivo y que realizara algo al respecto. Sin embargo el joven se reía y le decía que todo había sido apropósito.

Mientras Amy escuchaba, sentía ganas de estornudar pero sabia que si lo hacia sabrían que estaba ahí, así que estaba reteniendo las ganas de estornudar. No obstante, por más que se tapo la nariz, bailo sobre su propio eje y pisoteo; estornudar era inevitable.

El estornudo sonó en eco por todo el pasillo. Amy quedó paralizada, ni el joven ni la muchacha siguieron hablando. Amy no se le ocurrió otra brillante idea que asomarse y decir:

- Lo siento, pueden seguir hablando.- dijo Amy, al mismo tiempo en que se daba cuenta que había cometido el error más estúpido de su vida.

La muchacha observó extrañada a Amy, pensando seguro que “Que anormal es esa chica”, luego se marchó mientras que el joven permaneció donde estaba mirando fijamente a Amy.

Amy se volteó a punto de marcharse corriendo pensando en las palabras que habían salido de su boca. Pero en cuanto puso un pie en frente del otro para caminar, una mano tomo su hombro y la volteó.

- Entrometida. Exactamente… ¿Qué escuchaste y desde cuando estabas escuchando?- pregunto el muchacho observando a Amy con una mirada desafiante.

- No he escuchado nada.- dijo Amy volteando la cara para no cruzar miradas con el muchacho.

El muchacho empujó a Amy contra los casilleros, dejándola sin ninguna opción de salida, agarrándola por la mandíbula fuertemente.

- No…uhmi… diré…. Aghy.. nada.- trato de hablar Amy.

- ¿Con que si escuchaste?- amenazó el muchacho.

- Yo… ghjd… almuerzo.- dijo Amy levantando su almuerzo.

El joven agarró el almuerzo y lo tiro al piso.

- Ahora veo por que no te reconozco.- dijo el joven analizando el rostro de Amy.

- Con un rostro tan común como el tuyo no vale ni la pena preguntar tu nombre.- siguió el joven soltando a Amy.

En los oídos de Amy resonaban sus ultimas palabras “rostro tan común… no vale la pena…” Amy se limito a tomar su almuerzo, abrió el envase para comprobar que las bolas de arroz estaban ya destrozadas. Amy suspiró, volteó a mirar al muchacho con rabia y se fue hacia su salón.

El muchacho observó como Amy desaparecía de su vista, luego volteó y leyó su nombre en el casillero.

- Con que Amy.- dijo mientras sonreía de lado.

Amy llegó al salón frustrada, primero porque sus bolas de arroz habían sido destrozadas y segundo porque no le dio tiempo de comer.

- Amy ¿Qué te pasa? - preguntó Rioko preocupada.

- Mis bolas de arroz fueron destruidas.- sollozó Amy.

- ¿Qué? ¿Cómo paso eso?- preguntó Rioko.

- ¡Todo por culpa de un gangster como Ayami!- exclamó Amy mientras la señalaba.

- ¿Qué? ¿Yo?- se defendió Ayami

- ¿Ayami que has hecho ahora?- preguntó Soo Young.

- Pero si yo no he hecho nada.- dijo Ayami.

- No ella, un hombre.- sollozó Amy.

- ¡OH!.- exclamaron todas con un acento de felicidad.

- ¿Oh? ¡No, No, No! No en ese sentido.- refunfuño Amy.

Amy quería explicarles lo sucedido pero la clase empezó y no pudo dirigirles la palabra hasta el final de la clase.

- Amy, ¿Qué tal si me cuentas lo que paso camino a una librería que quiero visitar?- dijo Rioko.

- Bueno.- dijo consolada Amy.

- ¿A dónde van?- preguntó Ayami.

- Una librería cerca de la estación del metro ¿Quieres venir?- dijo animada Rioko.

- Aburrido… aunque cerca queda una tienda de accesorios, debería pasar por ahí a ver que mercancía nueva llegó. Anótenme para ir con ustedes.- dijo Ayumi, mientras guardaba su cuaderno en su bolso.

- Si no hay problema, ¿Podría ir yo también?- preguntó Soo Young.

- Pues claro.- sonrió Rioko.

Camino a la librería, Amy les conto a sus amigas lo que sucedió a la hora del almuerzo.

- Cabello despeinado rubio, alto, delgado. Mirada desafiante, ojos color negro. Vestido como si fuera un Idol y actitud de gangster. Obviamente es Ren Kirihara.- dijo Ayami.

- ¿Ren Kirihara? El que es popular entre las chicas y chicos también, excelente en los deportes y constantemente cambia de novia. También es conocido por amenazar con fotos obscenas de algunas de las chicas con las que ha estado.- dijo Soo Young.

- ¡Oh! ¿Tu también sabes quien es?- se sorprendió Amy.

- Claro, como parte del consejo estudiantil, conozco los expedientes de varios alumnos.- respondió Soo Young.

- Sin embargo, no sabes aún quien es Jun Ichikawa.- dijo Rioko.

- Cierto… ¿Creen que de alguna manera no quiera que sepa quien es? Como si me espiara o se escondiera de mí.- dijo Soo Young mirando a los lados.

- Uhmm… Ren Kirihara me suena a que es un pervertido.- confesó Amy.

- Realmente, solo amenaza con fotos obscenas a aquellas que sólo son su novia porque es popular.- dijo Ayami, mientras habría una bolsa de papas fritas.

- Pero, ¿entonces para que les dice que si?- dudó Amy.

- Al parecer, tiene cierto pasado con una muchacha quien era su mejor amiga, y sólo acepto a salir con Ren cuando se volvió popular.- dijo Rioko.

- Sin olvidar, que la “amiga” en cuestión lo engaño con uno de sus mejores amigos.- dijo Ayami, mientras mordía una papa frita.

- Que drama… ¿Cómo es que saben todo eso? ¿Dónde estaba yo?- preguntó Amy.

- Mirando la ventana.- respondieron juntas todas.

- Ohw.- se apenó Amy.

Una vez que llegaron a la librería, cada quien se ocupo en encontrar algo de su agrado. Amy encontró un lindo diario, que tenia varios datos y parecía un libro de magia; le pareció muy interesante que le preguntaban que comió o soñó durante el día. Amy lo compró con la esperanza de que la ayudara a reorganizar su vida.

El muchacho que los atendió era todo un príncipe, era muy amable y servicial; a diferencia de Ren Kirihara; todas concordaron de qué seguro era sacado de un cuento de hadas y que seguramente ya tenia novia.

De regreso como Rioko y Amy vivían cerca una de la otra, iban por el mismo camino.

- Amy; puede que sepa quien es Jun Ichikawa.- dijo Rioko.

- ¿Qué dices?- preguntó sorprendida Amy.

- Pero no estoy segura, te diré cuando este 100% segura de que es él.- respondió Rioko.

- ¿Qué? Pero al menos dame una pista.- dijo Amy.

- Hasta mañana, Amy.- sonrió Rioko.

Al llegar a casa, Amy escribió en su nuevo diario lo que había sucedido hoy. Por alguna extraña razón sentía que a partir de mañana nada seria igual, esperaba escribir cosas sorprendentes en su diario y que su vida dejara de ser tan común.

Pues el día de hoy no había sido normal, así que tenía grandes esperanzas para mañana; con ese pensamiento se fue a dormir.

Al día siguiente nada sorprendente sucedió, Amy tuvo clases, converso con sus amigas y regreso a casa. No tuvo ningún encuentro mágico ni accidente; algo desilusionada escribió nuevamente en su diario lo que sucedió, lo cual le tomo aproximadamente tres líneas y se durmió temprano.

Durante tres días nada diferente o fuera de lo normal le había sucedido a Amy.

Un día Amy se despertó temprano, ya que le tocaba a hacer la tarea que no había hecho ayer. Estaba desanimada en los últimos días, ya que cada día parecía ser más aburrido que el anterior.

Esa mañana Amy podía recordar lo que soñó anoche, escasamente escribía lo que soñaba ya que no podía recordar sus sueños.

- A ver… - dijo Amy mientras abría su diario.

- Hoy tuve un sueño muy extraño, soñé que se me había concedido los poderes de un gato, que podía saltar desde un decimo piso y podía caer parada; pero para obtener ese don debía hacer un sacrificio…. Tenia que quedarme calva.- escribió Amy.

- Listo, si me apuro puedo llegar a clases temprano, tal vez eso haría que mi vida cambie un poco.- dijo Amy.

En lo que cerro el diario, a Amy le comenzó a dar picazón en la cabeza; no obstante cuando Amy se rascaba comenzaba a caerle el cabello. Amy al observar el piso lleno de su cabello y sus manos; comenzó a desesperarse.

- ¡NO PUEDE SER ¿Qué me esta pasando?! ¡MI CABELLO! .- exclamaba Amy mientras comenzaba a llorar.

El cabello de Amy rápidamente se cayó, dejándola sin un rastro de cuero cabelludo. Es decir, se había quedado completamente calva. Amy al mirarse al espejo pegó un grito al cielo.

- Hija ¿Pasa algo?- preguntó su madre desde el piso de abajo.

- No, mamá. Era una cucaracha.- dijo Amy mientras se miraba en el espejo perpleja.

Sus manos temblaban, su corazón latía rápidamente, por más que cerraba y abría los ojos seguía siendo calva. Intento pararse pero sus piernas no reaccionaban. Se pellizco y se golpeó pero esa era la realidad, había quedado calva.

- Esto… es un sueño ¿Verdad?.- decía mientras lloraba y reía como lunática.

- Hija, si no te apuras se te hará tarde.- dijo la mamá de Amy.

Amy respiró profundamente, tomó una gorra y salió corriendo a toda velocidad, para que su madre no la viera.

Mientras Amy caminaba indignada hacia la estación del metro, se le ocurrió una brillante idea.

- ¡UNA PELUCA! Eso resolverá todo.- exclamó mientras rápidamente corría observando las tiendas.

Encontró una tienda de disfraces, por fuera vio que vendían pelucas algo extravagantes, pero de seguro tendría una de color negro.

- Disculpe señor, ¿Tendrá una peluca de color negro? No importa si sea corta o larga.

- Buenos días, jovencita. No, desafortunadamente solo tenemos estas dos. Esta verde corta resplandeciente y esta de afro negro estilo de disco.- dijo el anciano que se encargaba de la tienda.

- ¿EH? ¿Qué voy a hacer? .- dijo preocupada Amy, mientras analizaba las pelucas.

- Pues si te llevas, el afro te sale en combo con este traje disco, tienes para escoger entre distintos colores.- dijo el anciano entusiasmado.

- ¿Ah? ¿Qué? Esa no es la cuestión… La cosa es que me he quedado calva.- confesó Amy.

- En mis tiempos solíamos esconder la calvicie con estas pelucas.- dijo el anciano mientras tomaba el afro.

- Señor, no entiende que quiero pasar desapercibida.- replicó Amy.

- Pero si la moda ahora es otra ¿Eres S o M?.- decía mientras sacaba el traje para Amy.

- ¡SEÑOR! Que parte de no llamar la atención y de que me quede calva no entiende.- dijo Amy.

- La calvicie no es tan mala joven, no sabes cuantas chicas he atraído con esta calvicie.- sonrió el anciano.

- Mejor deme la verde esa.- dijo obstinada Amy.

- ¿Le busco el traje que combina con la peluca?.- dijo el anciano mientras buscaba en los escaparates.

- ¡Que no quiero ningún traje! Tome aquí, ya pague la peluca! Adiós y gracias.- dijo Amy corriendo fuera de la tienda.

- Los jóvenes de hoy en día con tanta prisa.- decía el anciano mientras tristemente guardaba el traje de disco.

Amy corría con toda su fuerza para no llegar tarde, si llegaba temprano y guardaba la calma capaz nadie notaria que llevaba un sombrero. En eso observo que Rioko la esperaba en la entrada del colegio.

- Buenos días Amy…Ese sombrero…- decía Rioko.

- ¡TENGO PIOJOS, NO TE ACERQUES!.- interrumpió Amy, mientras salía corriendo hacia el salón.

Al llegar al salón, por suerte aun no había nadie. Se sentó calmadamente en su puesto y respiro profundamente.

- Calma, Calma. Nadie se dará cuenta, mientras actúes como si no pasa nada. Yo no soy calva, sólo es una ilusión de mi mente.- hablaba consigo misma Amy.

Los demás compañeros de clases, comenzaron a llegar. Al parecer el plan marchaba a la perfección nadie se había dado cuenta de su presencia. Decidió mirar a la ventana tal cual como siempre lo hacia todos los días.

- Amy… ¿En verdad tienes piojos?- preguntó Rioko mientras colocaba sus cosas en el pupitre.

- Rioko… en verdad… - pensaba Amy que decirle.

- La verdad es que los sombreros están a la moda ¿Y quise probar como me quedan?.- sonrió Amy.

- ¡Oh! Con que sólo era eso, que alivio.- dijo Rioko calmada.

- ¡Claro que no están a la moda!- exclamó Ayami.

- ¡Claro que si! Lo vi en un programa ayer en la noche.- replicó Amy.

- ¿Qué programa? ¿Cómo se llamaba?.- preguntó Ayami.

- Es un programa Kenyano, tú no sabes nada de eso.- dijo Amy, mientras volteaba a ver a la ventana.

- ¿Kenyano? ¿Qué hablas? Eso no existe. Ocultas algo ¿verdad?- dijo Ayami mientras se acercaba sospechosamente hacia Amy.

- Amy….- dijo Soo Young.

- ¿Qué?- respondió Amy.

- La verdad es que no se porque usas sombrero, pero en el colegio no….-decía Soo Young.

En ese momento llegó la profesora de la clase, por lo cual Soo Young no pudo terminar la frase. La profesora se propuso a iniciar la clase, pero se detuvo en cuanto vio a Amy.

- ¡Amy! ¿Cuánto tiempo lleva estudiando en este colegio?- preguntó la profesora.

- La verdad casi toda la vida.- respondió Amy.

- Entonces, debe saber que los sombreros no están permitidos dentro de las instalaciones del colegio.- dijo la profesora mientras se acercaba a Amy.

El resto de los compañeros voltearon a ver a Amy, mientras murmuraban entre si.

- Por favor, quítese el sombrero.- pidió la profesora.

- Pero…- dijo Amy.

- ¿Pero?- preguntó la profesora.

- No puedo.- respondió Amy.

- ¡¿Cómo que no puede?! Quítese el sombrero ya.- exclamó la profesora.

- Pero…- dijo Amy mientras se sostenía el sombrero.

- Si no se lo quita usted, se lo quito yo.- dijo la profesora mientras comenzaba a halar del sombrero.

- ¡NO! Por favor no…- dijo Amy mientras luchaba para que no se lo quitaran.

La profesora insistió hasta que por fin pudo quitarle el cabello, dejando a la vista la peluca verde brillante reluciente que había comprado al anciano. Los estudiantes comenzaron a reírse, no en forma de burla, si no que lo tomaron como si Amy estuviera desafiando a la profesora.

- A….A…. Amy… tu cabello….- tartamudeaba la profesora.

- ¡Sabia que algo escondías!- exclamó Ayami.

- ¡A LA DIRECCION!- gritó la profesora.

Amy se dirigía a la dirección, mientras pensaba “Aquí tienes, querías algo diferente, pues aquí lo tienes ¿Feliz?” Amy suspiro, en lo que levanto la cabeza, se encontró con Ren Kirihara.

- No puede ser. Nada mejor que él.- murmuro para si misma Amy.

- ¿Eh? Hahahahahahaha! Oye cría, te equivocaste de escuela, esto no es una escuela de payasos.- dijo Ren mientras se acercaba a Amy.

Nuevamente la observó con esos mismos ojos desafiantes que inspiraban miedo.

- Los nuevos estudiantes de hoy en día hacen cualquier cosa por ser populares.- dijo Ren mientras se marchaba.

- ¿No me reconoció?- pensó Amy.

En la dirección, mientras esperaba a su juicio final; el rumor de que tenia el cabello verde brillante, había recorrido toda la escuela. No había ni un alma que no supiera de ello. Se podía escuchar un gran alboroto detrás de la puerta que daba al pasillo, muchos alumnos esperaban a que Amy saliera para comprobar que si era verdad.

El director de la escuela, se extraño al ver a Amy. Sólo preguntó si teñirse el cabello fue un acto de rebeldía en contra el instituto. Amy confesó que no lo era, que por mala broma de viejos amigos de la infancia terminó de ese color. El director dijo que de todas maneras seria notificado a mis representantes y tendría que hacer horas extras como castigo.

Amy se sentía aliviada de que no la expulsaron, pero aun así su temor mas grande era el de ahora al abrir la puerta del pasillo. En cuanto la abrió, muchos estallaron en carcajadas, señalaban a Amy y tomaban fotos con sus celulares. Entre las personas salió Soo Young.

- ¿Qué acaso son animales del zoológico? Compórtense como personas civilizadas.- dijo Soo Young.

Como Soo Young era respetada y admirada por muchos alumnos, la mayoría de ellos hicieron caso.

- Gracias.- dijo Amy mientras se secaba las lágrimas.

Dentro del salón, los estudiantes hacían su esfuerzo en aguantar las risas.

- Yo te apoyo en todo pero… ¿Por qué?- preguntó seriamente Soo Young.

- ¿Por qué? Amy quería un cambio, ahí esta, su cabello es verde ahora.- bromeó Ayami.

- ¡No es eso! Créanme que si consiguiera explicación a lo que sucedió hoy se los diría, pero por ahora déjenme mantener el secreto.- dijo Amy.

- Amy…- dijo Rioko con cara de preocupación.

- Tranquila.- sonrió Amy.

La clase siguió como siempre, el profesor encargado de esa clase a menudo evitaba ver hacia mi puesto, porque si no entraba en un ataque de risa. A mitad de la clase, la puerta del salón se abrió fuertemente, era Ren.

- ¿Amy? ¿Amy? ¿Amy es de aquí? El director quiere verte.- dijo Ren.

- Amy…. kukuku… ve.- dijo el profesor mientras aguantaba la risa.

Amy le pareció extraño que Ren, haya sido quien la buscara; pero como no sabe quien es, entonces no le preocupaba mucho. Desde la espalda de Ren; Amy veía claramente que estaba aguantándose de la risa.

- Anda… ¡Ríete!- exclamó Amy.

Ren se voltio a ver a Amy.

- Hahahahahaha…. Eres una tonta.- dijo mientras se reía a todo pulmón.

- ….- la rabia de Amy aumentaba cada segundo.

- Por favor, se que te dije que eras común y que no valías la pena, pero… ¿En verdad te gusto tanto como para pintarte el cabello de verde?- se burló Ren.

- ¿Qué? ¡¿Qué?!.- exclamó Amy.

Nuevamente Ren empujo a Amy contra la pared, mirándola amenazadoramente mientras sonreía de medio lado.

- ¿Qué no es obvio? Que te gusto.- dijo Ren.

- ¿Crees que me pinte el cabello para que te fijaras en mi?- preguntó indignada Amy.

- Veamos, andabas espiándome la otra vez y después de decirte que eres igual a todas aparecer con este cabello.- rió Ren.

- ….- Amy no podía aguantar la rabia.

- Dime… ¿Qué te gusta de mí? ¿Qué soy popular? ¿Qué obtengo todo lo que tengo?.- fanfarroneaba Ren.

- ¡¿Qué?! ¿QUE ME GUSTA DE TI? SERA QUE NO ME GUSTA DE TI…¡TODO! ¡ERES IGUAL A TODOS LOS DEMAS… TENDRA EL CABELLO AMARILLO, SERAS UN IDOL, PERO ERES IGUAL A CUALQUIER LOCO DE LA CALLE! MAS BIEN TU ERES EL QUE NO VALE LA PENA.- gritó Amy, pateando en la rodilla a Ren.

Ren se tambaleo, el golpe en la rodilla había funcionado. Dejando libre a Amy, para regresar al salón de clases.

- ¡TU! HIJA DE….- gritó Ren.

A ese mismo tiempo Amy empezó a correr, detrás de ella intentaba correr Ren, aun dolido por el golpe en la rodilla. Ren casi la alcanzaba… En eso, Amy abrió la puerta de su salón de un golpe, todos sus compañeros se asustaron. Amy no sabia porqué pero sabia que lo lograría, corrió hasta su puesto se apoyo sobre su escritorio, abrió la ventana y saltó. Por alguna extraña razón Amy sabia que lo podía hacer; era el tercer piso, pero cualquiera que saltara de esa altura mínimo tendría una fractura si tienes suerte.

El mundo se detuvo por un segundo en el momento en que Amy caía. Como lo predijo había caído parada, sin ninguna fractura ni dolor… igual que un gato.

Ren se asomo por la ventana.

- ¡¿QUE ACASO ESTAS LOCA?!- gritó Ren.

Seguidamente el resto de los compañeros de clases se asomaron, no sólo los de su salón si no de los salones de al lado.

- Estoy bien.- gritó Amy; fue lo único que se le ocurrió decir.

- ¡A LA DIRECCION!.- gritó a todo pulmón el profesor.

Amy por segunda vez fue a la dirección en un día, era un record para alguien que nunca había ido. Primero se aseguraron si tenia alguna fractura, se quedaron sorprendidos o mas bien su alma abandono sus cuerpos, al ver que Amy no tenia ni un rasguño.

El director llamó nuevamente a los padres de Amy, esta vez era por que intento suicidarse. Igualmente le pidió a Amy que asistiera al psicólogo tres veces a la semana.

Esta vez, murmuraron cuando Amy salió de la oficina del director… susurraban “¿Por qué crees que se haya querido suicidar?, ¿Tiene algo que ver con Ren Kirihara?, Amy es una lunática”. No obstante Amy se sentía feliz, la experiencia de saltar por una ventana sin temor fue como si hubiera despertado a la Amy interior. Su vida finalmente había dando una vuelta en 180º grados, no de forma positiva pero al menos las hojas que tanto veía caer comenzaron a subir.

Amy entró a su salón nuevamente, todos sus compañeros de clase intercambiaban miradas entre sí y susurraban. Amy los ignoro y se sentó en su puesto.

- Amy… Hoy….- dijo asustada Rioko.

- Lo siento, pero no se como explicarles coherentemente lo que ha pasado hoy.- dijo Amy con tristeza.

- Sea lo que te este pasando. No vuelvas a saltar por la ventana.- dijo seriamente Soo Young.

- Si, ¿Qué hubiera pasado si te hubieses fracturado?- preguntó Rioko preocupada.

- Lo siento mucho, pero por esta vez ténganme paciencia. Prometo explicar todo.- dijo Amy.

- Si de por si tenemos paciencia cuando no haces nada y sólo miras la ventana. ¿Crees que no te vamos a tener paciencia ahora?.- sonrió Ayami.

- Gracias.- dijo Amy.

- Aunque preferiría que solo vieras por la ventana y no que saltes por la ventana ¿De acuerdo?.- dijo Soo Young.

- Tranquila, no lo hare más.- sonrió Amy.

Finalmente las clases habían terminado. Amy se encontraba mas cansada de lo normal, el día de hoy había sido agitado solo quería volver a casa y dormir.

- ¿Estas lista?.- preguntó Rioko.

- Si, vámonos.- dijo Amy.

- ¡TU!.- gritó Ren.

Ren se acercaba donde estaba Amy con furia en sus ojos.

- Ehm… Rioko creo que por hoy iré sola a mi casa.- dijo Amy.

- ¿Qué? ¿Por qué?.- preguntó Rioko, mientras observaba a Ren acercarse.

- ¡POR TU CULPA!- gritó Ren.

Amy salió corriendo, mientras Ren iba detrás de ella. Rioko no tenia idea de que pasaba.

Velozmente Amy subió hacia la azotea, sin embargo fue mala decisión estaba atrapada, cuando se volteó para regresar; Ren ya estaba en frente de ella.

- ¡Todo el mundo me ha culpado! “¿Qué le has hecho a Amy?”- exclamó Ren.

- ….- retrocedió Amy.

- ¿Eres suicida o que? ¿Por qué demonios saltaste?- preguntó Ren.

- Yo…- murmuro Amy.

- Ahora comenzaran a hablar mal de mi y me relacionaran contigo.- dijo frustrado Ren mientras ingeniaba algún plan en su cabeza.

- Ehm… pero ya hablan mal de ti.- dijo Amy en forma de consuelo.

Ren abrió los ojos, se acercó a Amy.

En ese momento una ráfaga de viento golpeo a ambos. La peluca de Amy salió volando por el aire. Amy no sabia que hacer, no quería que Ren se volviera a burlar por ser calva, tenia que conseguir la peluca, tenia que saltar desde la azotea.

Amy persiguió la peluca, se subió al muro, inclinándose, preparada para saltar. Pero no pudo; Ren la sostenía por la cintura.

- ¿Qué estas loca? Si saltas de aquí, mueres. ¿Tanto así me odias?.- gritó Ren mientras jalaba a Amy.

- No… Ren. Déjame. Suéltame.- dijo Amy mientras lloraba.

- ¡NO! Van a decir que yo te empuje.- dijo jalando por completo a Amy fuera del peligro.

Ren abrazaba fuertemente a Amy. Ella no entendía porque, por su mente pasaban un millón de hipótesis y realmente no sabia que hacer. Ren finalmente deja de abrazarla y cuando la mira…

- ¿Eh? Tu cabello… ¡ERES CALVA!- gritó en shock Ren.

- Deja….- dijo Amy mientras lloraba empujando a Ren.

- ¿Qué exactamente paso?- preguntó conmocionado Ren.

- Hoy en la mañana simplemente se me cayó el cabello.- dijo Amy.

- Ahahahahaha.- estalló en risa Ren.

- ….- Amy estalló en llanto.

- Perdona, perdona. Es que la idea de que de la noche a la mañana te quedes calva me parece absurda. ¿Por eso intentas suicidarte?- preguntó Ren.

- No, claro que no. No intento suicidarme.- dijo Amy.

- ¿QUE ACASO SALTAR DE UNA AZOTEA NO ES SUICIDIO?- gritó Ren.

- Si te digo la verdad no me creerás.- dijo Amy.

- ¿Qué clase de narcóticos de tomas tu?- preguntó burlándose Ren.

- Haha, tonto.- dijo mientras calmaba sus lágrimas.

- Calma, Calma. Se que quedarse calva, debe haber sido impactante pero todo tiene una solución.- dijo Ren mientras se acercaba a Amy.

Ren se acerco a Amy, la abrazo y beso su calvicie.

- ¿Acabas de besar mi calvicie?- preguntó consternada Amy.

- ¿Si?…- dijo Ren mientras la soltaba.

- Dicen que si besas a alguien calvo, tendrás su sabiduría.- dijo Ren.

- Mentiras…- se burló Amy mientras sonreía.

Por un segundo Ren, se quedó observando fijamente a Amy, pero esta vez con ternura, como si viera un ángel; sus ojos brillaban.

- ¿Qué?.- preguntó Amy.

- Tu calvicie brilla con la luz del sol. Es realmente sorprendente.- bromeó Ren.

- Déjame.- dijo Amy.

- Que por cierto, besarte la cabeza fue la peor experiencia de mi vida. Fue como besar tu cerebro.- continuó Ren.

- Cállate. Adiós.- dijo Amy marchándose.

- Espera.- dijo Ren sosteniendo el brazo de Amy.

Ren saca de su bolso una gorra.

- Hasta ahora nadie sabe; no tienen por que enterarse.- dijo Ren mientras le daba la gorra a Amy.

- Uhm..gracias.- dijo Amy.

En ese momento Amy, sintió que su corazón latía apresuradamente, extrañamente se puso nerviosa. Y sus mejillas se acaloraron. Amy rápidamente volteó y salió corriendo.

- Nunca se cansa de correr… Enserio ¿Qué demonios pensaba saltando desde aquí?.- protestó Ren mientras se asoma a calcular la altura de la azotea.

Amy regresó a su casa, no sabia exactamente que explicarle a su madre. Pero por ahora el plan era, que se sentía enferma y fue a una farmacia, pero que la medicina que le vendieron tenía efectos secundarios; por ello actuó como hoy y no recuerda nada del asunto.

- Es una excusa muy barata, ¿Pero que se supone que deba decir? ¿Que el sueño que tuve anoche se hizo realidad?- se dijo asimisma, mientras subía a su habitación.

Al subir, esperaba ver su calvicie al quitarse la gorra, pero cuando se vio al espejo nuevamente tenia cabello. Amy se jalo el cabello, intento arrancárselo pero no pudo; su cabello estaba ahí como si nunca hubiera pasado.

- ¿Tengo cabello otra vez?- preguntó felizmente al reflejo de ella en el espejo.

- Entonces… ¿Qué demonios paso hoy? No entiendo.- dijo Amy.

Amy saco su diario, lo volteó una y otra vez, curioseo cada página de él. Pero no encontró respuesta alguna.

Por un minuto se quedo observándolo, pensando que quizás sea alguna clase de diario mágico como se ven en las películas para niños.

- Uhmm…. ¡No! Hahaha Imposible debo estar soñando.- dijo Amy mientras se iba a la cama a dormir.